Con las dos manos: unir las yemas del pulgar, el anular y el meñique, mientras el resto de los dedos permanecen extendidos, sin excesiva tensión.
El Pran mudra activa el chakra base, llamado Muladhara, donde habita la fuerza primigenia del ser humano. Con esta postura de los dedos, se estimula la energía nutricia de la pelvis.
Este mudra aumenta la vitalidad en general, reduce el cansancio y el nerviosismo, y mejora la vista. A nivel anímico-mental, otorga perseverancia, confianza en uno mismo, valor para un nuevo inicio y voluntad para sostener los cambios hasta el final. La visión clara también pone de manifiesto una clara percepción de las cosas, pensamientos e ideas claras.
Extraído de: Gertrud Hirschi, Mudras, El poder del yoga en tus manos, Ed.Urano.
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